¿UN BUEN VERMUT QUÉ LLEVA?

Tras una época dorada en los años 50 y 60, el vermut ha vivido muchos años de decadencia y olvido, sobre todo a partir de los años 80. Quizás fuera por la obsesión en la salud y en lo moderno que empezó a asomar la cara en aquellos años. En España, además se sumó el auge de la cerveza, que desplazó al vino y al vermut al pozo de las bebidas antiguas y de épocas pasadas. Así pasaban los años, y cuando parecía que ya iba a desaparecer definitivamente, el vermut renace, especialmente a partir del 2010. ¿Los motivos? Los expertos hablan del interés por lo local y por lo vintage. Sea como sea, el vermut ha vuelto. Y esperemos que tarde en volver a desaparecer.

Por supuesto, estábamos hablando del vermut como bebida. No del concepto de hacer el vermut. Son cosas diferentes, y de hacer el vermut hablaremos luego que también es importante. Sobre todo del tema de cuál es el mejor acompañamiento para un vermut. Claro, lo normal es tapear. ¿Pero qué tapas? Unas aceitunas de anchoas, unas conservas de mariscos (berberechos, mejillones,…), unas patatitas. Hay muchas opciones pero de eso hablaremos luego. Primero conozcamos al vermut.

 

Qué es el vermut

un-buen-vermut-que-lleva-4El vermut es un vino macerado en hierbas, con un aroma característico que les da un toque particular para cócteles y aperitivos. En general se pueden encontrar dos variedades: el vermut rojo que es más dulce y el blanco que es más seco y con mayor graduación alcohólica.

En su elaboración se pueden incluir hasta 100 ingredientes en recetas que sus creadores suelen guardar celosamente. Pero todos los vermuts tienen en común, como mínimo, una hierba en concreto: el ajenjo, que le da ese toquecillo amargo característico.

 

 

 

Su historia es un poco difusa. Popularmente tenemos la idea de que se trata de una bebida de origen italiano, y no podríamos estar más errados. De hecho, la palabra vermut tiene su origen en la palabra alemana wermut, que significa ajenjo.

Existe un relato que cuenta que estas bebidas fueron inventadas por Hipócrates en el siglo V a.C. El célebre médico y filósofo griego ponía a macerar vino con flores de ajenjo y hojas de díctamo, obteniendo lo que, durante la Edad Media se conocía como “vino hipocrático”.

Estos vinos de hierbas medievales fueron derivando en diferentes modalidades de vinos de ajenjo y con diferentes especias, hasta que en 1786, Antonio Benedetto inventa lo que se podría considerar el primer vermut moderno en una licorería de Turín.
Y no fue hasta 1838 que gracias al mérito de los hermanos Luigi y Giuseppe Cora, la preparación del vermut adquirió un carácter industrial.

En España tenemos que esperar hasta finales del siglo XIX para que se registren las primeras marcas dedicadas a la elaboración de esta bebida. Fueron las casas Perucchi en 1874 e Yzaguirre en 1884.

Y con el paso del tiempo, se popularizó tanto su consumo en el aperitivo, que la bebida ha pasado a formar parte del concepto. De ahí que ahora, sean normales expresiones como “quedar para tomar el vermut”.

 

Qué debe llevar un buen vermut

El buen vermut puede tomarse de muchas formas. La manera más clásica es tomarlo en un vaso con hielo, con rodaja de limón imgresopcional, o servido en una copa con una rodaja de naranja. Aunque existen muchas otras formas de disfrutar de esta bebida.

Por ejemplo, es muy habitual añadirle un chorro de sifón o de agua carbonatada, servirlo en vaso o copa pequeña con sifón, como los «Marianitos» del País Vasco, o en vaso bajo con dos piedras de hielo y unas aceitunas al lado. Sea como sea, es la bebida ideal del aperitivo, así que ese es el tema que vamos a tratar ahora.

Hay muchos aperitivos clásicos para acompañar un buen vermut, pero el primero que hay que destacar son las aceitunas rellenas. ¿Y cómo pueden estar más buenas? Guárdalas en la nevera y sácalas justo antes de servirlas. Así conseguirás que estén un poco más duras al comerlas y más gustosas. Y, por supuesto, lo suyo es poner un aceituna dentro del vermut, para que quede bien remojada.

Una vez ya tenemos las aceitunas, lo que combina muy bien con el vermut son las conservas de marisco. Y en nuestra web tienes para elegir: almejas, berberechos, mejillones en escabeche, navajas, zamburiñas. Productos con el auténtico sabor marino.

conservas

Y ahora os parecerá una tontería, pero una cosa que también va muy bien con el vermut son las patatas fritas. Sí, esas de toda la vida. Por un lado, el salado de las patatas contrarresta muy bien el dulzor del vermut, llevando a tu paladar a una montaña rusa de dulce y salado. Por otro lado, las patatas fritas son perfectas para “dar caza” a esos últimos berberechos o almejas perdidos en el caldo. Y mojadas en la salsa están riquísimas.

Bueno, este sería más o menos mi vermut ideal, aunque siempre se le pueden  ir añadiendo todas las tapas que queráis. ¡Pero hay que vigilar que luego no nos entre la comida!