¿DE DÓNDE VIENE LA TRADICIÓN DE COMERNOS 12 UVAS PARA CELEBRAR LA ENTRADA DEL NUEVO AÑO?

La Noche de Fin de Año no hay hogar español que no falte a la cita de la retransmisión de las campanadas por televisión para poder cumplir así, con la consabida tradición de comernos las 12 uvas.

uvas2Y es que esta curiosa costumbre, extendida a algunos países de Hispanoamérica como México, Venezuela, Bolivia, Ecuador, Perú, Colombia o Costa Rica, no se da en ningún otro lugar. O sea, que nos la inventamos aquí. Y ya os podéis imaginar que si es un invento nuestro, seguro que tiene detrás una anécdota, cuanto menos, peculiar.

A finales del siglo XIX, la clase burguesa de la capital había importado la costumbre francesa de despedir el año terminando la cena de Nochevieja con unas uvas y champán. Así mismo, en aquella época, existía la costumbre de pasar la noche del 5 de enero de fiesta continua, armando jaleo por toda la ciudad, con la excusa de esperar la llegada de los Reyes Magos.

Hasta que en 1882, el alcalde de Madrid, José Abascal y Carredano, decidió imponer una tasa de un duro a todos aquellos que quisieran pasarse de juerga la Noche de Reyes. Así que los madrileños, privados de esa noche de fiesta descontrolada, decidieron mofarse de la costumbre de los burgueses, y un poco a modo de protesta y un poco con cachondeo, se reunieron la Noche de Fin de Año en la Puerta del Sol para comerse las 12 uvas con las campanadas.

Esta costumbre se extendió y se popularizó rápidamente en la capital, hasta el punto de que en el año 1897 los comerciantes de la ciudad ya anunciaban las uvas de la suerte la Noche de San Silvestre. Y en pocos años se conocía en lugares tan lejanos como Tenerife. Así, la prensa de la isla se hacía eco en el año 1903: “Todos decimos lo mismo, y cuando llega la noche de San Silvestre, nos proveemos de estrechos para damas y caballeros, compramos doce uvas por barba y nos disponemos a comerlas (una por cada campanada de las 12), en compañía de la dama, con quién hayamos salido estrechados.”

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En 1907, el diario La Ilustración Española se quejaba de la extensión de esta costumbre y del provecho que de ella sacaban los fruteros. Hay que tener en cuenta que, por aquel entonces, a finales de diciembre las uvas ya estaban fuera de temporada y que no existían muchas de las prácticas actuales que nos permiten disfrutar de uvas todo el año: “Y, a propósito de supersticiones, ¿no es admirable la rapidez con que se propagan? Hay escritores que llaman ya tradicional a una costumbre importada del extranjero hace muy pocos años por algunas familias aristocráticas, y acogida con burlona seriedad por la clase media y el pueblo, y que aprovechan los fruteros para revender las uvas por docenas, comprándolas a cestos, que toda costumbre supersticiosa es productiva para los especuladores que ven claro.”

Pero no sería hasta el 1909 que la costumbre de las doce uvas se convertiría en una costumbre masiva en todo el país. Aquel año hubo un excedente de uvas en el levante de Murcia y Alicante y los agricultores locales decidieron solucionar la situación publicitando la costumbre de las uvas de la suerte, dándole el impulso definitivo y convirtiéndola en una consolidada tradición. De hecho, en muchas fuentes este hecho consta como inicio de la tradición.

uvas4Ya en el siglo XX, a partir de los años 20’, y aún más desde los 40’, se generaliza aún más la tradición coincidiendo con la puesta en marcha de la técnica de embolsado de racimos, que permite retrasar un mes el proceso de maduración de la uva.

Y el espaldarazo definitivo llega el 31 de diciembre de 1962 con la primera retransmisión de las 12 campanadas desde la madrileña Puerta del Sol por Radio Televisión Española. En la actualidad, en la última semana del año, en España se consumen entre un millón y dos millones de kilogramos de uvas.
Suponemos que en Francia, de donde proviene la costumbre aunque sea de manera marginal, aún conservan esta tradición. Pero podemos asegurar que el invento de las 12 uvas con las 12 campanadas nos lo inventamos nosotros. Por el mosqueo.