Se acerca la noche de Halloween, una excusa estupenda para pasar una velada terrorífica pero divertida. Podemos decorar el comedor con motivos tenebrosos, disfrazarnos de personajes siniestros y, por supuesto, podemos preparar una fantástica cena temática.
Las cenas de Halloween pueden ser una de las experiencias más divertidas. Y es algo que comienza ya en su preparación con esos platos tan escabrosos pero, a la vez, deliciosos y divertidos. Se trata de sencillas recetas que suelen jugar con el aspecto visual para, o bien recrear los clásicos motivos e iconos de Halloween (las calabazas, murciélagos, telarañas, calaveras), o bien simular divertidos momentos terroríficos (dedos amputados o salchichas de frankfurt hábilmente presentadas).
La receta de hoy es una de estas ideas perfectas para la noche de Halloween. Se trata de unos deliciosos macarons de calabaza, que no sólo tienen sabor de calabaza si no que, además, ¡tienen su forma! A continuación te presentamos la receta y encontrarás la plantilla para prepararlos.
Macarons de Calabaza
Ingredientes
- 100 g de claras de huevo a temperatura ambiente
- Una pizca de cremor tártaro (o un poco de zumo de limón o vinagre suave)
- 35 g de azúcar superfino
- 110 g de harina de almendra
- 200 g de azúcar en polvo
- Colorante naranja
- Caramelo marrón derretido
Elaboración
Empezaremos por preparar las bandejas cubriendolas con una esterilla de silicona o papel de horno. Deslizamos la plantilla de las calabazas debajo. También dejaremos preparada la manga pastelera.
A continuación tamizamos dos o tres veces la mezcla de la harina de almendra y el azúcar, desechando los trozos de almendra más grandes.
Seguiremos batiendo las claras en un bol con una batidora de varillas. Debe hacerse a baja velocidad, hasta que las claras se vuelvan espumosas. Entonces añadiremos la pizca de cremor tártaro. Seguiremos batiendo a una velocidad media-baja hasta que se formen unos picos suaves. Entonces, poco a poco, vamos añadiendo el azúcar superfino. Cuando todo el azúcar se haya incorporado, raspamos los lados con una espátula.
Ponemos la batidora a una velocidad media-alta y seguimos hasta que se formen picos de nuevo. Disminuimos la velocidad y revisamos las claras periódicamente hasta conseguir un merengue rígido. Hacia el final del batido añadimos el colorante naranja.
Seguidamente tamizamos 1/3 de la mezcla de almendra y azúcar en polvo sobre el merengue. Plegamos la mezcla seca dentro del merengue y repetimos con la mezcla restante. Una vez se hayan incorporado todos los ingredientes secos, la masa estará espesa y con un brillo apagado. Seguiremos plegandola, expulsando las posibles burbujas que pueda tener a lo largo de la parte inferior o a los lados del recipiente después de cada giro. Durante este proceso, la batidora se soltará.
Cuando la masa tenga un brillo satinado, una consistencia como de lava y caiga en forma de cinta de la espátula, será el momento de dejar de plegarla. Se acumulará sobre sí misma en el bol, formando cintas que desaparecerán después de unos 30 segundos.
Pasamos la masa a una manga pastelera grande provista de punta redonda y nos preparamos para rellenar las figuras de las calabazas en el papel de horno. Empezamos en el centro superior de la calabaza, justo debajo del tallo. Seguimos hacia afuera y hacia abajo, creando un contorno en forma de media luna por un lado de la calabaza. Sin levantar la manga, volvemos a subir hasta la parte superior justo dentro de la masa entubada. Repetimos este proceso a lo largo de toda la calabaza para crear las líneas verticales curvas.
Cuando tenemos todas las calabazas sobre el papel horno, retiramos las plantillas. Dejamos reposar la masa a temperatura ambiente durante 20-40 minutos. Precalentamos el horno a 350º
Colocamos nuestras calabazas en una bandeja para hornear galletas dentro del horno, reduciendo la temperatura a 300º. Lo dejamos 6 minutos. Les damos la vuelta y les dejamos 5 minutos más o hasta que veamos que están bien cocidos. Dejamos enfriar y retiramos.
Los retiramos del horno y los dejamos enfriar durante 5 minutos.
Una vez fríos y manejables, combinamos conchas de similar tamaño en pareja creando sandwiches con el relleno que prefiramos (como crema de mantequilla de canela o tarta de calabaza).
Para hacer los tallos: Derretimos el caramelo marrón en una bolsa de plástico. Dibujamos los tallos en papel y los cubrimos con papel encerado. Cortamos la esquina de la bolsa de plástico y el tubo con el caramelo derretido para rellenar el contorno de cada tallo. Los dejamos enfriar y a continuación los colocamos en las parte superior de cada calabaza.
Los macarons de calabaza estarán mucho más ricos después de tenerlos 12 horas en el frigorífico y dejarlos reposar un rato a temperatura ambiente, pero hay que tener un poco de paciencia.
Si queremos conservarlos, los podemos almacenar en un recipiente hermético durante una semana y, se pueden congelar durante un mes.
Fuente de las imágenes: Creative Juice