El verano es sinónimo de días más largos, de temperaturas cálidas y de excursiones con vistas al mar o a la montaña. Se inicia con el solsticio, un fenómeno astronómico que marca el día más largo y la noche más corta del año.
En la época estival se dispone de más tiempo libre para descansar o bien, para disfrutar de aquellos planes que se fueron aplazando durante el invierno. También son esperados los encuentros con amigos o familia alrededor de una mesa en el jardín o en la terraza, que se convierten en la excusa perfecta para disfrutar de la buena compañía.
En estos meses los productos frescos, de proximidad y de temporada son los reyes del mercado. Con la llegada del calor apetece menos estar entre los fogones, así que buscamos recetas fáciles y rápidas de preparar, a la vez que ligeras y equilibradas.
El origen
Son muchas las propuestas para esta época del año, pero sin duda, una que no puede faltar en tu mesa son los pasteles de pescado fríos. Un plato saludable, delicioso y digestivo que se convertirá en el protagonista de todas tus reuniones.
El origen de los pasteles de pescado fríos proviene de las cocinas de Arzak. El cocinero vasco Juan Mari Arzak crea el primer pastel de cabracho en la década de los 70. La receta es un clásico de las costas del mar cantábrico donde se le conoce como kabraroka o itxaskabra. Su popularidad ha ido en aumento convirtiéndose en un plato estrella de muchas celebraciones.
Nuestra propuesta
Siguiendo la receta tradicional de la cocina vasca, Mundisa selecciona el cabracho de mejor calidad para su pastel o puding de pescado de roca. El cabracho es un pescado blanco de agua salada rico en proteínas, minerales y que contiene muy pocas calorías. Del grupo de peces de roca es un ingrediente gourmet de sabor intenso y carne jugosa.
Para la elaboración de este pastel se utilizan otros ingredientes como la nata que aporta esponjosidad y el tomate que le provee de su vistoso color. Puede servirse como aperitivo, entrante o principal, y normalmente se acompaña de mayonesa, salsa rosa o ensalada. Además, puede ser ideal como relleno de pasta o servir como guarnición en platos de pescado.
Otra de las propuestas gourmet de Mundisa nos transporta en el tiempo, se trata de una receta familiar de aquellas que se heredan de padres a hijos y se preparan a fuego lento y con cariño, el pastel de merluza y gamba de su “amona” (abuela) Ana Mari. Elaborado con merluza, gambas, huevo, tomate frito y nata. Un sabor que ha viajado de generación en generación y que te devuelve los recuerdos de la infancia.
Para maridar los pasteles de pescado, la elección de un vino blanco aromático, como el sauvignon blanc o txakoli, servido bien frío se convierte en el complemento ideal para tu mesa de verano.
Con Mundisa ser el anfitrión perfecto es así de fácil.